Un reportaje de Cantarrana



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Hablábamos en en capítulo anterior de un insulso Michael York. De La Fuga de Logan. La película. Porque la serie ni la hemos visto ni el libro lo hemos leído. Ni tenemos intención de ello. De escapar de una cúpula. De un retrato del futuro. De salir al mundo desconocido.

Por eso nuestra fuga de Logan recuerda nombres de la música extremeña que un día salieron de nuestro cielo a conocer qué se esconde en el mundo exterior.

Y recordamos a Alberto Pérez con Izal, a Álvaro Osuna con Extrañas Compañías y The Morning Reaver, a Carlos Calderón y Cycle, a Celestino Charro y Charol y a Esteban Belvís y Dhira.

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De Markos Bayón hemos hablado y disfrutado ya en repetidas ocasiones. Y las que nos quedan.

Resumiendo.

Él forma parte intrínseca del Tiempo de Mérida. Es decir, esos años gloriosos de la ciudad romana en los que las noches eran eternas, como el título del disco que Bajos Instintos publicó en 1992. Uno de los primeros proyectos de Markos. Una de las primeras referencias de Jammin, la otra casa de Bayón. Allí en el sótano de la Calle Cervantes. Un año después Sister Jane se adentra en las oscuridades de ese rock que llaman after. No sabemos muy bien por qué. Pero nos da igual. Sister Jane es puro cosmopolitismo conceptual.

Mientras tanto, al otro lado del río, en la Calle Cuba, detrás de la estación de autobuses se está fraguando una locura que hará cambiar para siempre nuestra música. Markos Bayón, Gecko Turner, César Bayón, Diego Antúnez y el Dr. Robelto tienen bastante culpa en el nacimiento de esta locura. Es, claro está, Perroflauta. Una palabra mágica.

Perroflauta es un delta donde confluyen las aguas impetuosas de Bajos Instintos, Sister Jane, The Animal Crackers, The Reverendoes…que es como beber del tarro de las esencias sincopadas. Bayón bros y Turner.

Perroflauta es un caballo desbocado de inquietudes, de ideas musicales y vitales, un grito de guerra que traspasa fronteras sonoras y estéticas. ¡Perroflá también eres tú!

Perroflauta es una escuela por la que pasan nombres de una calidad a fuerza de bombas y de mainstream.

Pasaron unos cuantos de años. Perroflauta desapareció, qué pena, de nuestras agendas. En el año del señor de 2004 en las calles del barrio madrileño de Lavapiés Markos Bayón se une a las huestes de El Combolinga. Un proyecto nacido allende la meseta donde la fusión, la mezcla y los viajes geográficos y sonoros son una forma de vida. Con ellos graba Daquipayá y Mira que bien.

Y luego nos queda, nos quedará, El Autognomo, claro. La esencia pura de Markos.

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Marcos Deker dejó Extremadura en 2008. Según él mismo cuenta lo hizo con la idea de crecer como músico. Fijó residencia en la provincia de Barcelona, comenzó estudios de música moderna y jazz y a participar en proyectos como La Cia Grafton. En torno a 2009 firmó con su nombre 1024 Kms, un trabajo de aires sureños y autopistas y renegados que hay que escuchar al menos una vez al mes. Luego forma parte de Partido, un interesante proyecto que mezcla los aires folk a la americana con el sosiego pop. Antes de marcharse, desde Badajoz pisó los escenarios militando en Distrito Desperado.

El 5 de junio de 2015 nos encontramos con él en Badajoz. En la Alcazaba, junto al pameral. Había vuelto a su ciudad. Poco después estaban sonando en el escenario principal las canciones entrañables de Dorian.

Y es que resulta que Marcos Deker llega a ser el octavo pasajero del grupo. Pieza imprescindible de los directos de la banda de Barcelona.

Y es que resulta que esa noche Dorian se presenta con cierto deje extremeño y del Oeste. Marcos Deker y Sol Vicente a la viola forman parte de la formación en los escenarios. Ambos jugaban en casa. Y cómo se notaba.

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Carmen Estévez es la voz de Súper 8, el grupo que anunció su fin en 2002 después de recibir tantas promesas incumplidas. Carmen dejó Extremadura y se embarcó rumbo al flamenco al otro lado del mar. Cuando uno escucha a Brooklyn Gypsies reconoce su voz entre ecos electrónicos, balcánicos y flamencos.

Carmen Estévez ha hecho de Nueva York su segunda casa y en ella inició, hace algún tiempo, una segunda vida musical. V Zone es el último proyecto de esta montijana inquieta. Junto a Brandon Lewis conforman un singular dúo donde la electrónica y el espíritu Groove conviven reescribiendo sus lazos con Europa al tiempo que indaga en los futuros tecnológicos. Pero no se quedan ahí. Ambos están metidos en otros proyectos, en otros combos neoyorkinos, como Psychedelegates o los Gypsy Cab.

Afortunadamente, cuando menos te lo esperas, vuelve a Extremadura, y te la puedes encontrar una noche de luna llena en La Huerta Sonora lanzando destellos ultrasónicos sobre los campos de las Vegas Bajas.

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Local Qua4tro. Desde que recalificaron los terrenos nos tienen rendidos a sus pies. De cómo pudo nacer en plena comarca verata un proyecto musical tan urbano, tan cosmopolita, tan descaradamente pop y desenfadado, lo intentaremos descifrar algún día. De momento, que permanezca insondable.

Sequía goleadora (2006), Cosas del Polo Norte (2007), Hace media hora (2008), Recalificación de los terrenos urbanos (2009), La Gravedad de Júpiter (2013) y Síndrome de Stockholm (2015) marcan la secuencia cronológica de Local Qua4tro y su crecimiento artístico.

Un día el grupo entero decidió abandonar la cúpula verata que tanto bienestar provoca y decidió trasladar sus formas y sus bártulos a las tierras castellanas. Fabrican canciones redondas y maravillosas. Inolvidables sus Sofía Coppola, La verbena de San Isidro, Canción del perfecto idiota, el cover de Estuve enamorado, No malgastes el tabaco, La letra pequeña, Secundario cómico, Radio G (Fantástica), El ticket de la ORA, Películas y un largo etcétera.

Nos seguimos preguntando cómo es posible que no exploten y arrasen en las ondas de medio mundo. Lo suyo son los discos gloriosos. Tremendos. Con una excelente producción. Bañados de luz. Nos emocionan de principio a fin. No lloramos porque ya somos algo viejunos y nos da cierto pudor, y porque los hombres no lloran, o al menos eso dicen, pero Local Qua4tro es una enciclopedia de himnos, un rosario de canciones emocionantes, de melodías que te devuelven al tiempo pasado, como decía Proust. A los días de las madalenas con café. Pero también a los días de brindis eternos. A las jornadas en las que era más importante cómo terminabas la noche que cómo comenzabas el día.

Para que a Local Qua4tro se le levantara un monumento en el parque de Madrigal. Un monumento a la alegría verata. Al tiempo de farra y rondas.

[Logan II en la radio]



[Tube]

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Oeste. Diciembre. Diecinueve. 2017