By Corredores de Ideas



Febrerillo loco. Febrero embustero. Un día al sol y otro al brasero. Y mientras en el barrio de San Blas, frente a la antigua facultad de Letras, mis padres procesionan junto al santo de los cordones, en el núcleo del arte, en Camino Llano (por cierto alguien nos ha copiado eso del núcleo, pobrecito) y aledaños se celebra un nuevo Sábado de Gloria, pero en jueves y un poco de viernes.

Para que luego digan de Cáceres el Viejo, que a veces le da una ventolera y se nos muta en cosmopolita.



[01]
El Psicopompo es un bar pequeñito. Sus estanterías repletas de libros le hacen aún más pequeño. Pero su grandeza está en el ambiente que logra crear. Es un bar en el que se lee, se recitan versos, se canta y se baila en una baldosa. Es el bar de moda en el núcleo del arte cacereño. Y su terraza se convierte a menudo en el punto de encuentro y recogida de los poetas y los pintores noctámbulos.

El Psicopompo es un encantador rincón que ha rescatado el espíritu de la calle Pizarro de cuando La Traviata, el Habana y el Freddy Montana, y de los bares del Bairro Alto lisboeta. ¿Recuerdas el Frágil y Os Tres Pastorcinhos?

Miki Gázquez tiene local y galería tres puertas casa más abajo. Mudó los bártulos el jueves 02/02/17 por un rato. Y presentó, en versión acústica, los temas de sus Alas Blancas, el disco firmado por Esperando a Christine. Y aunque faltaban las guitarras eléctricas, consiguió llenar el aire de la Plaza Marrón de sonidos para adictos y androides.



[O2]
Su presencia en las revistas españolas de ecos de sociedad es habitual. César David, Matilde Belvís, Tete Alejandre, José A. Secas, los chicos de Fônal, Ángel Sotomayor y muchos más la han imaginado cada uno a su manera.

La exposición sobre la inefable Tita Cervera se inauguró ese mismo jueves 02/02/17 en otro bar. Bares, qué lugares. No nos encandila mucho la tal Cervera, pero si sirve para encontrarse en la puerta del bar con unos y con otros, y para que en su museo se puedan ver exposiciones tan fantásticas como La ilusión del Lejano Oeste sobre los indios americanos, bienvenidos sean los buenos ratos y los alambres pintados de la señora atada a un árbol. Sin duda alguna, una de las piezas más poéticas de la exposición. La puedes encontrar sobre la barra del bar. Bares, qué lugares.



[03]
Juan Manuel Barrado está de estreno. El viernes 03/02/17, y acompañado del grandísimo Antonio Orihuela, presentaba libro. 'Pertenecemos a lo invisible' ha sido publicado por la editorial Trea y la Diputación de Cáceres, y contiene en sus páginas un emotivo recorrido por la melancolía. Un hermosísimo ejercicio de memorabilia, del Ubi sunt?

Qué fue de Bob Marley, los libros clandestinos,
el cine de Pier Paolo a quien mataron en una playa.
Qué fue de aquel niño, alter ego del propio Truffaut,
sufriendo los cuatrocientos golpes de la vida;
qué de Kubrick, el mago,
que filmó con delirio la comedia humana,
qué fue de Marilyn, a solas con los barbitúricos,
dulcísima flor de los orfanatos, yo te amo,
qué de Fassbinder –genio atrabiliario- que hizo suyas
las amargas lágrimas de Petra von Kant,
y qué de las películas de David Lynch con extrañas atmósferas
–habitaciones separadas por un fino cristal,
sueños que se repetían como una obsesión-
para que a una hora cualquiera de mi juventud
arrojaran a los tigres la piedra de los sueños.




[04]
Desde el jueves se podía ver por el núcleo marronero a un escocés delgado, muy delgado. Nos lo encontramos en el Psicopompo con Julián y María. O mejor dicho, en la terraza del Psico. El mitinpoint de poetas y pintores de la mala vida y las buenas noches.

Era Struan Teague. Es pintor y grabador. Y vive entre Londres, Alemania y la bella Copenhague. Y desde el viernes 03/02/17 un poco también en Cáceres, en las cuatro esquinas del núcleo.

La Galería Kernel le ha traído para presentar su Say Somehing. S. T. es como un señor de los garabatos, los gestos y los pequeños toques de color. Vamos, nada racionalista ni dogmático. Nos encanta. Y nos gusta Kernel. Fantástico espacio.



[05]
Y para concluir este Sábado de Gloria en jueves y un poco de viernes, una tropa cívica y armada de versos y guitarras tomó el Belle Artes cacereño. La Guerra de las Naranjas.

Detrás de la música está Rubio Salas, al que conocemos a veces sólo, a veces fonalizado, a veces en los universos DA. En los versos, la escritura de Berna J. Píriz.

Les acompañan Medín Rodríguez al bajo y Jaime Píriz a la percusión. Según cuentan las crónicas del corazón, Paco Lobo tiene algo que ver también. O le anda muy cerca.

La propuesta no es extremadamente novedosa. Está todo inventado. Ya nos lo enseñaron cuando éramos chiquininos gente como Patti Smith y los que vinieron detrás. Pero se agradece. Y mucho. Viendo como está el percal repleto de salvapatrias enfermizos, de músicos pagando tributos a los imperios discográficos, de pintores rindiendo pleitesía a los grandes salones de moda y de poetas en tertulias de baja política sónica, Poética Sonora es una bocanada de aire, si no fresco, sí sano. Y a Rubio Salas no hay que perderle la pista. Y a Olivenza, tampoco.



[00]
Y después de escuchar versos y guitarras, de vuelta a casa. Ya era sábado. De Gloria. En jueves y algo de viernes recordando el viejo barrio de San Blas, donde la ermita, donde la procesión, frente a la antigua facultad de Letras, en la que Senabre nos enseñó de los libros y sus misterios. De la vida.

Y es que Juan Manuel Barrado dedica a don Ricardo su 
'Pertenecemos a lo invisible'. Y casi nos embarga la emoción de lo mucho vivido con ellos, pero como los hombres no lloran (o al menos eso dicen,) nos pusimos a tararear una cancioncilla de Marley mientras revivíamos las amargas lágrimas de Petra von Kant. No, woman, no cry. 


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Oeste. Febrero. Cuatro. 2017. Sábado de Gloria.