Un reportaje de Cantarrana



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A veces nos gusta para enmarcar estas pequeñas historias, para ubicarlas y contextualizarlas, buscar referencias del mundo exterior. Y como la música italiana nos pone, pues para qué cambiar.

Y ya decía el manco de Lepanto que Viajar y lo que viajar comporta es una de las condiciones para que los hombres se hagan sabios...y el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho.

Así que, sin querer ser sabios, que tiene que resultar un poco cansino, hoy nos vamos de viaje. Y pasaremos por el desierto de Túnez, por la Praga invadida de la guerra, por Lisboa, por supuesto, por el medio Oeste americano, por los caminhos de ferro, en fin. Nos vamos en tren.



I treni di Tozeur hace referencia a una línea de tren que se levantó a comienzos del siglo XX en Túnez, en tiempos coloniales. Una línea que cruza el desierto y que llega al oasis de Tozeur. La línea requería un alto coste de mantenimiento y contaba con un lujoso tren de color rojo apodado Lézard Rouge (el Lagarto Rojo), que fue un regalo del estado francés. Años más tarde, el tren sería recordado como símbolo del extravagante estilo de vida del emperador, así como de las diferencias sociales entre el empobrecido pueblo tunecino y el colonialismo francés.

En 1956 Túnez se convirtió en una república independiente, y a los pocos meses abolió la monarquía. El nuevo gobierno cerró la línea y confiscó el tren, alegando que era un gasto superfluo e innecesario. Sin embargo, las autoridades tunecinas restauraron en 1974 la vía y los vagones, por su valor histórico. Actualmente, la línea Metlaoui-Tozeur sigue funcionando como uno de los mayores atractivos turísticos del país.

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Cuando éramos militantes culturales, cuando la facultad, íbamos al Capitol. A las sesiones de cine club. Y allí vimos esta curiosidad.

La película se estrenó en 1966. Cuenta la historia de un joven que trabaja en una estación ferroviaria en tiempos de la Checoslovaquia ocupada por la Alemania Nazi.



Muchos años después de esas sesiones de cine club, sobre 2006 el magnífico grupo cacereño Bloomington publica su único disco en español. Activando la disidencia. Una pequeña maravilla que contiene este Trenes rigurosamente vigilados.



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En esa misma época de militancia, cuando Cáceres era el centro del mundo y todos venían a La Madrila, siempre teníamos momentos para ir a la estación. Ese tren ya partió. Ya no existe. Como casi todos. Lo cogíamos sobre las tres de la madrugada. Y dormíamos. Y alguien nos despertaba para avisarnos de que estábamos entrando en Santa Apolonia.

Eran tiempos de la estación de Rossio, o de la estación de Cais do Sodré. Aún no se había construido la Estación de Oriente.

Y Santa Apolonia te daba los buenos días. Y te decía Bienvenido a Lisboa. Era el Lusitania Exprés. Y llegabas para disfrutar de los garitos modernos del Bairro Alto. Del Frágil, de Os Tres Pastorinhos. Y del Elevador da Glória, el que te subía desde la Avenida da Liberdade.



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En Mérida, a Alfredo Expósito se le ocurrió un día retratar esas jornadas del medio Oeste americano, de ferrocarriles, de la mala vida. De viajes eternos. De personajes oscuros e inquietos. De aventuras solitarias.

Alfredo Expósito tiene un capítulo propio, aunque no nos hace mucho caso, la verdad. Pero sus proyectos, Los Daltónicos, Los Terlenkas, Sonrisas Verticales, Radio Sky Circus, forman parte de la memoria musical de los noventa emeritenses.

Y hoy le encontramos esperando en las vías del ferrocarril.



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El grupo ya no existe. Se fraguó en Los Santos de Maimona. A Calles Ocultas se les sigue la pista hasta 2003. Publicaron El Camino escogido. Pero les conocimos en el 96 participando en el certamen Zafra Joven. Con Tirando Millas, con Dolphin People, Superstición o Bodrio. Y lo suyo es el Tren de la vida.



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Del año 93 tenemos datado un gran disco. Reventar el cielo. Lo firmaban Los de Abajo. Y algo tenían que ver, cuentan, con los futuros Bloomington. Su existencia fue corta y efímera. Tan efímeros como nuestros trenes.



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Eutanasia forman parte de lo que conocemos como Espíritu Remayte. Es decir, el lugar de reunión de los grupos de Badajoz durante años. En 2002 participaron en el Nogales Rock. Y su concierto se grabó en directo.

Y en esa grabación recordaron el que es, sin duda, el mayor himno dedicado a los trenes. Obviamente estamos hablando de El Tren de Leño. No nos consta que Nogales tenga vías ni estaciones.




[Los trenes en la radio]




[Música para los trenes]



Oeste. Enero. Dos. 2018