By Cantarrana



Exceso. Excelencia. Superioridad. Lugar situado por encima. Y no, no estamos en días de campañas electorales.

Pero todo en este martes es súper.

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Entre los yanquis, Superchunk, un interesante proyecto sempiterno de guitarras afiladas y alternativas, y Superhumanoids que nos entusiasman y engatusan con esa susurrante voz de Sarah Chernoff.

Allá, donde los colombianos, Superlitio, especialistas en mezclar algo de funk y algo de reggae a su verdadero sutrato rock alternativo.

De las Españas, Supersubmarina o los ya desaparecidos Supertube.

Y si me apuras, Supermartxé, una de las fiestas ibicencas con nombre y apellidos propios que no hace mucho pasó por aquí.

De allez la France llegó ya hace unos años Superbus, pop de lo lindo y pequeñas tacitas de tecno.

Dicen que tomaron el nombre del concepto de origen en el latín que nos enseñó a hablar y a pensar.

Detrás de ese latín, en Superbus reconocemos el significado de soberbio, de hermoso.

Y tirando del hilo de los sentidos llegamos al Oeste, a la Vera, de donde hace un tiempo salieron los hermanos Escobedo para erigir los cimientos de Sôber, que, a pesar de lo que pudiera parecer, la lengua a veces miente, y lejos de esos falsos amigos semánticos , se hacen retratar y definir como ponderados, serios, sobrios.

Pero todo en este martes es súper. Lo dicho.



[01]
Super 8 salió a la luz a comienzos de 1999 pateándose los bares de Montijo. Pronto saltaron a los festivales de verano que tanto pululan por nuestra cartografía musical.

Miguel Ángel Gragera, Ecce Homo, les grabó su primera maqueta casera, y con ella sorprendieron a los de las radios.

Pronto ganaron un concurso de una popular revista musical. El premio era la grabación de un cedé bajo el auspicio de una gran compañía.

El disco se grabó. Guía para oler colores. Pura historia de nuestra música.

De la gran compañía multinacional nunca más se supo.

A pesar de ello, sonaron en todas las ondas y llevaron su abanico de emociones a todos los escenarios.

A finales de 2002 Super 8 anuncia su desaparición. Y nació la leyenda.

De sus restos creció Panorama y su gran Viaje más largo del mundo.

De allí emergió la figura inquieta de Carmen Estévez y sus múltiples proyectos de aires neoyorquinos, multiculturales y cosmopolitas: Brooklyn Gypsies, V Zone, Gypsy Cab o Technicolor Lenses.

Y de ellos también nos quedó durante un tiempo la guitarra de Carlos Aragonés afinando los temas de Cajón de Sastre.

[02]
Súper Cadáver llegan de Badajoz y de Gévora, en plenas Vegas Bajas, con la intención de comerse el mundo. Y según se declaran gustan de tocar fuerte.

No soy yo quien tiene que velar a este muerto. Con esta letanía algo siniestra e irónica presentan uno de los himnos más estimulantes creados en el oeste en los últimos años.

Han dado a conocer primeras grabaciones en formato casero pero que han ido dejando una impronta y marcando un estilo casi inconfundible.

A finales de 2016 salía su Triple reverencia, con un salto cualitativo en la técnica pero sin perder la esencia cadavérica. Mucho ruido, mucha desgana, y rescatando, por supuesto, el título que les da nombre y estribillo a su bandera musical.

Aunque sólo fuera como una boutade, su habitual alusión a Esplendor Geométrico, ya nos acerca en simpatía a un proyecto que esperemos cuaje. Tiene muy buena pinta.

[03]
Super Castelo Branco fue el resultado de la cooperación entre la Revista Raia, Skud and Smarty Records y la Associação Maker, y quiso dar un impulso a los principales proyectos musicales albicastrenses.

El disco presenta a los grupos Factor Activo, Norton, Jaguar, Starlux, Izumi, Mind Yard, MJ Crew, Musgo, Tree Valley, Out Standing, PMC e Purple Angel, y supone un recorrido por sonoridades que van del Indie a la música electrónica, pasando por el pop, el hip hop, el rock y el hardcore.

Corría el año 2005 y ya nos deleitamos con Norton, con la banda de la que siempre hemos presumido en Cantarrana.

En este disco se encontraba también Jaguar, la exquisita formación liderada por Filipa Leâo, cuya voz cautivadora y sensual supuso la marca de identidad del grupo.



[04]
Superbólido. En 2012 apareció por las redes un trabajo sorprendente. Lo firmaban dos nombres fundamentales de la escena pacense.

Campini firmaba los bajos de The Wish, uno de los grupazos llamados a formar parte de la punta de lanza musical de un panorama musical tan espléndido como desconocido

Emiliano llegaba de Hipo con quien había publicado ya algunos buenos trabajos, y, sobre todo, le conocimos por ser el tercer hombre de Cajón de Sastre, la banda montijana que brillaba con luz propia.

Campini y Emiliano firmaron Descansa con el nombre de Superbólido. No ha habido, que sepamos, más constancias de este proyecto. Pero lo que quedó es un florilegio de temas exquisitos.

[05]
Superboy no es una banda. Es, fue, un proyecto temporal. Con fecha de caducidad, por lo visto. Una pena.

Se juntaron para cantar Labios y cuchillos. Un tema del grupo Ama. Pertenecía al homenaje que Gragera propició para sorprender a la banda emeritense.

Miguel Ángel Gragera sumó a este Superboy a José Antonio Moreno para que cantara y a Monty para esas cosas del piano.

El resultado fue fantástico. Sin duda, lo mejor del disco. Sin duda la versión mejoró al original. Sin duda quedará para la memoria. Apenas poco más de cuatro minutos. Cuatro minutos demoledores para la emoción.

En 2014, cinco años después de esta joya, Ama volvió a editar y echarse a la calle de los escenarios.

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Supercelda. Ahora se llaman así, pero los conocimos como Celda 47. ¿Por qué el cambio de nombre? Habremos de suponer que tendrá algo que ver con nuevos proyectos, nuevas formas de ver la música, de plantearse el futuro, etc.

Nos gustaba más el 47, pero hay que reconocer que su Epicentro publicado en 2017 ha ganado en texturas sonoras.

Proceden de la Serena, patria de nombres fundamentales en nuestra música como The Buzzos, Sínkope, Kinky Locotes, REC, Imaginando un color, Lunarca, Dkpa Caída o, por supuesto, el inclasificable Scud Hero.

Algo tiene este epicentro que nos evoca esos sonidos eléctricos que tan bien casan con la música de baile y de los que en el Oeste guardamos ejemplos señoriales como The Wish, Lazy Rain o los Paradise Key.

Pero sobre todo nos emociona porque nos vuelve a retrotraer a una época dulce, la de las canciones para los autos de choque.

Así que lo del nombre es lo de menos. Preferimos 47. Tanto super ya resulta algo cansino. Pero Epicentro lo salva todo.

[07]
Cochera Suite proceden de Valencia de Alcántara, geografía rayana en la que la comarca mantiene sujetos los hilos comunes de la identidad. Son cosas de familia.

Y en Cochera Suite encontramos varios Gadella (Alberto, Alejandro, Fran) y algún Cárceles (Daniel), de los Cárceles de toda la vida de Alburquerque (Rubén, Gerardo, Sergio, Germán y el propio Daniel), que nos recuerdan proyectos como Linea Mortal, Semimental, Nothing Perfect o Massive Stone.

Y no lo usan en su nombre. Pero su primer disco es una declaración de principios. Superhéroes. Rock sin aditamentos. De ese que a veces se echa de menos y que siempre se disfruta.

[08]
Supersexy Sound System. De los hermanos Ares hemos hablado ya tantas veces que casi nos lo sabemos de memoria. Llevan portando sus máscaras y sus aparatos electrónicos desde los inicios del nuevo milenio. En Cantarrana puedes hacer un seguimiento cercano a su trayectoria para entender la enorme trascendencia de su propuesta musical y estética.

Lo último que sabemos de ellos es que andan indagando en las músicas indígenas, revisitando sus ritos a lomos de sus breaks.

Si no existieran, habría que inventarlos.



[09]
El concepto no anda muy lejos de nuestro supermartes. Super- es estar por encima de una situación. Sobrevivir. Sobreponerse a lo establecido. Como algo que persiste en nuestra mente, en nuestros recuerdos. Más allá de la realidad, de las creencias y de los tabúes.

Y es que además Supersticion (así, sin tilde) fue un superproyecto. Nació a principios de los años 90 en Cáceres, cuando Cáceres era el centro del mundo.

Supersticion graban en 1993 con Pedro Luis Barrantes y Epy Figueroa a los mandos una tremenda tarjeta de presentación en formato K7.

Supersticion eran Lorenzo González, José Regodón, Kay Siendones, Luis Manuel Vinagre y Pachi Cañamero. Detrás estaba Walkiria.

Regodón venía de Valium 10 donde se había topado con Mario Pulido que también participa en un tema de este trabajo, Mujer hechicera, que aparece ya en las grabaciones de Valium 10.

Pachi Cañamero llegaba de Arcángel y de Ultrazenith. Luego le escuchamos en La Piel, y pasados los años, le hemos visto en proyectos como Maggot Brain o Adarel.

Pero también pasó por Halley con Amalio Gutiérrez o el ex Dévora Javier Álvarez, el hippie, grupo que cambió de nombre para ser Aras Loor y que llegó a telonear a los ínclitos Ñu de Molina.

A Lorenzo González le encontramos pasado el tiempo en Qkino y en los últimos tiempos le hemos sentido aleteando su voz en los fantásticos discos de Robe.

[10]
Supertennis. Aparecieron en 2013/14 con El mono radioactivo en Alburquerque, tierra de festivales. En los días que se escriben estas líneas andan defendiendo su primer disco buscando otros panoramas.

P.D.1.
Puestos a subir, de navegar más allá del Norte, en Cáceres anda Hiperbórea. Gustan de los orígenes del rock, de los ecos setenteros, sin olvidar sones de sustrato celta. Acaban de llegar, como aquel que dice, así que habrá que seguirles la pista.

P.D.2.
Por aquello de molestar un poco, dejamos las plantas altas y picamos billete en los Subterráneos. De José Luis Muñoz y Mónica Agudo ya hemos hablado también mucho por estas páginas, y de su manía en actuar en las horas finales de los festivales. Ya van algo pasados de minutos, de ganas y de oídos receptivos, pero da lo mismo, porque son una de las joyitas del rock extremeño.

Su Maybe There's a Light but We Cannot See, es, sin duda alguna, un gran disco.


[Los nombres y las músicas del Supermartes]




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Oeste. Abril. Veinticinco. 2017.