By Cantarrana

Este texto ha sido reelaborado a partir de un post escrito por Emilio Gutiérrez (Mesón Mercury) en el perfil de Facebook de Al Borde del Abismo, y se reflejan también en él referencias y comentarios aportados por Pachi Cañamero, Antonio Blázquez, Javier Luengo y Amalio Gutiérrez Rubio. Si alguno de los datos que aquí aparecen no se corresponde con la realidad, hágalo saber. Se agradecerá.



Año de 1987. En diciembre, en la ciudad de Cáceres, nace una banda de Pop Rock. Las hermanas Garrido lo bautizan con el fulminante nombre de Al Borde del Abismo. Fijan su local de ensayos en unas casinas de Fuente Fría, por donde en tiempos mejores pasaba un regato de agua del manantial del Marco. Sobre las casas, su acequia correspondiente y su puente antiguo, muy antiguo.

De la noche a la mañana las pistas deportivas y un aparcamiento hacen desaparecer el agua, y el hormigón acaba con el paisaje transparente. Al Borde del Abismo comienza a ensayar con ganas, ideas frescas y un montón de buenas intenciones.

Son los días de La Madrila y de la cañada del Río Verde. De cuando Cáceres fue el centro del mundo y de la diversidad tribal en la que convivían heavys, punkis, hippies, new waves o rockabillys, compartiendo todos los mismos sentimientos e igual materia prima. La música. La agitación.



Cáceres fue un semillero de rock.
En Valium 10 andaban José Regodón y su hermano Diego, que luego fue bajista de Santa. Andaban también Mario Pulido y George Alexander, el inglés que vivía en San Jorge donde los oíamos ensayar asomándonos a la terraza cuyo acceso hoy corta una valla de forja y donde nos juntábamos a solucionar el mundo y a hablar de música. Valium 10 ya está en las enciclopedias la música extremeña.

En Dolmen andaba Adolfo Romero Moreno y aún recordamos el concierto que dieron en el salón de actos de El Brocense. No sabemos bien si fue en el 81, en el 82 o cuándo fue exactamente. Pero marcó el después.

Alien estaba en la calle desde 1982. Pedro Luis Barrantes, Antonio Blázquez (Nono) y Diego Leo pusieron en marcha un proyecto que dejó huella. Nono venía de Cráneo y luego pasó por Pandemonium, un grandísimo grupo adelantado a su tiempo en el que coincidió con José Regodón.

En 2104, y después de andar perdida en los cajones de la memoria, Pedro Luis Barrantes se propuso rescatar aquella primera maqueta alienígena que grabaron y devolverla a la vida.

Unos años antes Barrantes puso voz y rabia a Dïsturmentäl, un superproyecto de ida y vuelta, del que algún día hablaremos detenidamente.

En Crisol andaban Abelardo, Víctor González Barrera y Julián Dionisio, el de Soniprex, al que luego encontramos en La Cena está servida y en muchos más escenarios.

En Dévora andaban Fancisco Javier Álvarez, el hippie, Roberto López, Willy, Andrés León y Juan Manuel Piris al bajo, y, según cuenta él mismo, todo lo que sabe se lo enseñó una bruja. Un año antes, en 1986, habían grabado un disco en directo en Huertas de Ánimas. Al pie de Trujillo. Una aventura pionera, sin duda.

Un día alguien nos hizo magia en un bar de la Plaza Marrón. Era Piris.

Superstición graban en 1993 con Pedro Luis Barrantes y Epy Figueroa a los mandos una tremenda tarjeta de presentación en formato K7. Superstición eran Lorenzo González, José Regodón, Kay Siendones, Luis Manuel Vinagre y Pachi Cañamero. Detrás estaba Walkiria.

Regodón venía de Valium 10 donde se había topado con Mario Pulido que también participa en un tema de este trabajo, Mujer hechicera, que aparece ya en las grabaciones de Valium 10.

Pachi Cañamero llegaba de Arcángel y de Ultrazenith. Luego le escuchamos en La Piel, y pasados los años, le hemos visto en proyectos como Maggot Brain o Adarel.

Pero también pasó por Halley con Amalio Gutiérrez o el ex Dévora Javier Álvarez, el hippie, grupo que cambió de nombre para ser Aras Loor y que llegó a telonear a los ínclitos Ñu de Molina.

A Lorenzo González le encontramos pasado el tiempo en Qkino y en los últimos meses le hemos sentido aleteando su voz en el fantástico disco de Robe.



Pero Cáceres fue también un gran caldero de sonidos más cercanos a la alegría pop.
Coup de Soup fue la bandera de este regusto desenfadado. Ellos merecen un capítulo aparte. Pusieron a Cáceres en el mapa.

La Cena está Servida contaba con el crisol Julián Dionisio. Junto a Juanjo Cortés, Manolo Sabio y Piu conformaron un proyecto de enorme trascendencia. Su Paseo Marítimo publicado en 1987 fue algo más que un disco. Fue el retrato en rojo de una época y de un lugar que difícilmente volverá. Temas como El Japonés o Arquímedes no te amaba forman parte ya de nuestra memoria musical.

Con el tiempo Julián se dedicó a su empresa, Piu tomó altos vuelos, Juanjo Cortés sigue con su carrera en solitario y a Manolo el negro le perdimos la pista.

Percance Laplace aportaban cosmopolitismo al panorama musical cacereño. Algún día habrá que reconocer la labor creadora de José León. Eran diferentes. Él es único.

Balas de Talco era pura delicia pop, casi rayando en su cara naif. El proyecto de Manuel Delgado y Olga Martín, hermana que es del gran Manuel Cobos, y cantante que fue de Montenegro, nos dejó grabaciones inolvidables.

Los de Abajo reventaron literalmente el cielo con su fantástico disco de presentación. O mucho nos equivocamos o ahí estaban los primeros mimbres de Bloomington, palabras mayores de nuestra música.

A La Piel les vimos poco, pero a veces recordamos su Luna de abril y volvemos a escuchar su bajo, el de Carlos Montañés que ya tristemente se nos fue.

Y no, nos olvidamos, claro, de Mitad Norte, de las Altas Horas de Ana Duque o de Los Dalton y su telenovela Cristal.



El lado claro / oscuro.
En los futbolines de Diego María Crehuet se estaba fraguando por esos días el proyecto que haría saltar por los aires el panorama cacereño del rock. Eran A Palo Seko, claro. No sabían tocar, no sabían cantar, no sabían estar, pero merecen su propio capítulo. Y lo tienen ya hace tiempo.

Tirando Millas apareció de la mano de Tato. Han pasado como veinticinco años y él aún se sigue presentando como Tato Tirando Millas.

Berre del Buyete hacían rap, pero su espíritu revoloteaba en modo punk al cien por cien. Fueron los primeros, y fueron únicos en reivindicar las tradiciones con sorna y humor casi casi negro.

Gravementegrave retomaba al ex Berre Esteban Belvís, Silk, quien con Isaac Ruiz, Bosk, participaron el 8 de junio de 1996 en la 1ª Fiesta Alternativa que se celebró en el cacereño Paseo Alto. Abrir la calle llevaba por nombre. Por allí pasaron los A Palo Seko, claro, Tirando Millas, sin Tato, que esa mañana trabajaba, Kulo de Botella con Carlos David Corraliza a la cabeza y Preventivos.

Abrir la calle se grabó en cassette. Se puede escuchar en Cantarrana. Aún se guarda como un pequeño tesoro en las estanterías de más de uno.

No muy lejos en tiempos y formas andaban Vamos p´allá que dio sus primeros pasos en 1989 gracias al tesón de Carlos Jiménez y Javier Luengo. A Javier le seguimos también hoy. Es el bajista de La Ira y de muchos proyectos más. Años más tarde, ya en el presente siglo, Mar Gallego se incorpora al proyecto y en 2008 graban Lo que saco del saco.

En Simulacro andaban Antonio Alergia y Tato Borges y andaban también en el lado oscuro del rock.

Se les recuerda del 7 de noviembre de 1997 en el que se celebró el primer Karlitros Punk Rock, y estuvieron compartiendo tarima con los omnipresentes A Palo Seko y Tirando Millas.

Allí también estuvieron 20 Watios, el grupazo de Nacho Silveira, Yiyi Cotallo y Kake Rovira. Su Tomad y comed de 1994 nos deslumbró. Así, como suena.



Fin y Vuelta al abismo.
Al Borde del Abismo por aquellas fechas estuvo repartiendo yesca en lugares como Sierra de Fuentes, Aliseda , Salvatierra de Santiago, Torreorgaz, Torremocha, Torrequemada, Montanchez , Alcuéscar,  Jaraiz, Jarandilla, Mérida, las laderas del castillo de Alburquerque o en Malpartida.

En Cáceres se los pudo ver en el Por Ejemplo, en El Brocense, en La Chicha o en el Luna.

La primera formación estuvo conformada por José Cristiano, María Garrido, Ramón Corbacho, Arantxa Garrido y los hermanos Emilio y Enrique Gutiérrez.

Pasaron también por el grupo Jose Castellano, Diego, Palike, Carlos Peregil, Jesús Escribano, David el Bueno y Faustino Hernández. Contó con las colaboraciones y arreglos de Pipe y Pedro Luis Barrantes.

Enrique Gutiérrez, por su parte, anduvo con The Libélulas y con Occipital dando cuenta del rock en modo 70. Tras varios proyectos frustrados, se le puede seguir en su formato individual que firma como Enry Dedos Fuego grabando temas con David, voz de Mind Traveller. En la actualidad afirma estar inactivo y alejado de la música.



Y la noticia es, en fin, que Al borde del Abismo vuelve a los escenarios, a todos los escenarios, a todos los abismos.

By Cantarrana. Oeste. Febrero. Cinco. 2016.



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