Era el 2 de julio del 22. Era Cáceres. En San Blas, junto a la ermita. A la que muchas veces uno lleva a padres para que coman roscas y saquen el santo a procesionar. Ese sábado no había ningún santo al que venerar. Sólo música. Música y una camiseta.

Junto a la ermita se ha configurado un espacio interesante, con algunas gradas a modo de auditorio al aire libre, y con bastante superficie para eventos de formato medio.

Eran las fiestas del barrio, o algo así, y era el San Blas Fest.

Muchos años antes de que se hiciera este festival, Víctor Guillén, Walkiria, que fue, Vehemencia, que también lo fue, y ahora, Vinilako, cuidaba de los A Palo Seko. Y les publicó Jodiendo la marrana. Un disco mítico ya. Intrahistoria de la música hecha en Extremadura. Antes, en la trastienda de Barragán, en Colón, a unos metros de Diego María Crehuet, se graba Animales de bellota. Cinta de cassette. Poco presupuesto.

Jodiendo la marrana se presentó en la prensa. Quedan las imágenes de la hemeroteca de Cantarrana.

Y cuentan las crónicas que Víctor Walkiria les hizo unas camisetas amarillas de manga larga, como para invierno. Con el tiempo, cada uno de los miembros fue (suponemos) envejeciendo su propia camiseta, convirtiéndola en trapos (suponemos, también).

Pero quedó una. Sin tocar. De talla XXL. La que Víctor hizo para él.

Pasaron los años. Y Paco Lobo abre su tienda Lobo House.

Pero antes de abrir, unas semanas antes, muestra imágenes de cómo va quedando la tienda. Y al fondo, se puede observar, en una percha, una camiseta amarilla. Si acercabas la imagen podías ver que era el logo de A Palo Seko, y de Jodiendo la Marrana.

Lo demás vino corriendo. Uno queda con Paco, le pide que guarde esa camiseta, va a por ella, es la primera compra que se hace en Lobo House, y se guarda para regalársela a Leandro, el bajista de A Palo Seko.

Y en esto que llega el sábado, 2 de julio. Ya con calor. Leandro, toma tu camiseta, pero póntela cuando salgas al escenario, claro.



Pero antes de salir al escenario pasaron por este festival El Hábito, de Logrosán. No llegamos con mucho tiempo para seguirles, pero los temas que acaban de publicar, son bastante interesantes. Habrá que seguirlos.

Luego llegó un grupo de versiones. Ya sabes que en Cantarrana no se contempla nada que tenga que ver con los tributos, versiones y similares.

Ya se había hecho de noche. Al fondo del auditorio asomaba el gran cuerno de la luna.

Y aparecieron también Inma y Alfonso. Fônal. Miguel Leonisio les hacía el sonido. Y Fônal ofreció un muy buen concierto.

Desgranaron buena parte de su repertorio, incidiendo en los temas de Martilandrán, su último y hermoso disco. También revisitaron It´t a sin, de los Pet Shop Boys. Acabaron con su gran himno. La Tormenta Eléctrica.

A Fônal los seguimos desde sus principios. Son como de la casa. Y sabemos que están preparando nuevo material. Pero no te debo dar muchas pistas. Pero algo tiene que ver con Vegaviana. Dejan por un momento Las Hurdes, y viajan a los pueblos de la colonización. A lo que en esta casa llamamos el Far Wext.

Conclusión. Con Fônal siempre disfrutamos. Y ya son muchos conciertos siguiéndolos. Y los que nos quedan.


Y luego subieron las huestes de Le Redtubers. Rulo, Borja, Abel, Ferdi y Leandro, que lo hacía con su camiseta amarilla recién estrenada. 

¿Que pasó calor? Pues tuvo que pasarlo, y mucho.

Hicieron un buen repaso a su repertorio punkarra. La Chica de la curva, Porno codificado, La familia, Kierkegard (gran tema), BitterKas (su gran himno), Anartistas, y, cómo no, Irlanmeña y FPJ, con su historia de la Vida de Brian.

Se nos hizo corto el concierto. Condicionantes de la escaleta de horarios de cualquier festival. Y nos alegramos mucho de que, gracias a Miguel Leonisio, en el lado técnico, se pudieran apreciar mejor que nunca, los textos que narra Rulo.

Por lo demás, un concierto espléndido en el que no faltaron los bailes de pogo y los saltos de Borja en modo aéreo, haciendo volar su guitarra, y qué tanto nos cuesta arañar en alguna foto.

La camiseta amarilla es la causa primigenia de esta crónica. El cumpleaños de quien la portaba, tantos días después del festival, casi un mes desde que se hizo, es lo que justifica que hoy, 1 de agosto de 2022, se publique esta crónica y se celebra, al tiempo, el cumpleaños de nuestro punki.

Aquí nos quedamos. Subió el último grupo de la noche. Kalerizo. Pero había que retirarse pronto por esas cuestiones laborales. Intentaremos verles en cuanto se pueda.





Oeste. Agosto. 01. 2022.