Un reportaje de Corredores de Ideas



Medio en silencio, casi de tapadillo, ha pasado por Badajoz una fantástica exposición del fotógrafo José María Ballester. Las Tres Campanas. Centenario de un edificio 1917-2017.

Al parecer Ballester tenía guardada desde hace años esta colección que recorre los rincones más definitorios de una joya pacense de la arquitectura industrial de los primeros años del XX, a la espera de la llegada de este feliz aniversario.

Diego Ortiz García, que no es fotógrafo ni tiene intención de serlo, y armado con su smartphone, pasó por la exposición de sopetón y recorrió sus pasillos y se guardó sus reflejos de cristal en las fotos fantásticas de Ballester, y Diego Ortiz quiso ser, por un rato, el fantasma de Las Tres Campanas ya abandonadas y vacías de niños rebuscando en los indios y en las muñecas parlanchinas.

Y es que Diego Ortiz, cuando niño, pasó por Las Tres Campanas y soñó con los regalos de reyes del año que viene.

Cien años después Diego transitó en sombras y reflejos por la juguetería en las fotos colgadas en la torre que llaman del Siglo XXI, a la vera del río, casi de tapadillo, tanto como la propia exposición.

Y es que Las Tres Campanas forman parte de nuestra arquitectura emocional, de la todos los que algún día de invierno en diciembre, atravesamos sus puertas para contemplar el universo fantástico de juguetes con los que crecimos y los que soñamos.

Maravillosa exposición de José María Ballester de recuerdos que, por un golpe de suerte, Diego Ortiz García tuvo la suerte de contemplar, a pesar de la escasa difusión de esta colección de emociones enmarcadas.

[El reportaje]



[Extra: La Puerta de Tannhäuser]



By Corredores de Ideas. Oeste. Noviembre. Veintidós. 2017.


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