Noches de farra y de ferro (swing)

Collages de Corredores de Ideas sobre fotografías de Paco Gámez.



Con la intervención de la Liga de la Ciencia Pagana en Ferro Swing II se puso fin a una semana completa que el pacense y sorprendente Espacio [CO]NVENTO ha dedicado a la obra del escultor extremeño César David.

Ferrospectiva, la muestra en la que el autor cacereño presenta una gran antología de sus últimos años de creación, se inauguró el sábado 05/09/2015 enmarcado en el programa oficial de La Noche en Blanco, una iniciativa asombrosa que por sexto año consecutivo ha convertido a Badajoz en un museo de puertas abiertas, en un escenario urbano, en un descubrimiento continuo, en un ir a los tiempos de Las Tres Campanas, con parada en La Galera y en un venir hacia las visiones más recalcitrantes del arte contemporáneo.

El plan de asalto al convento llegaba finamente diseñado y orquestado por el Consejo Lusitano. Durante unos días César David lanzaría su pequeña tropa de hombrecillos transitando por paisajes de montaña y agua, al tiempo que las máscaras de la Liga Pagana pondrían cuerpo, filo y percusión bajo los arcos del claustro de la antigua corrala. Una conversa perfecta. 

Y es que es la idea del movimiento y del viaje y del encuentro la que está presente en Ferrospectiva, un hermoso muestrario de poéticas secuencias imaginadas en verso y forjadas en hierro, un inesperado punto de encuentro en el que se cruzan infinitos con pequeños nudos de casitas, citas imposibles de formas asimétricas moldeadas por el autor a modo de demiurgo, haciéndolas hablar entre ellas, dándoles palabrerío al calor de la chimenea.

La Liga de la Ciencia Pagana por sus partes, tiró de la mala leche. 

Con Te debo la locura se inició la presencia de la Liga en los territorios íntimos que César David tiene levantados en esa curiosa manzana empresarial del arte y de lo imprevisto que es La Mejostilla, en el otro Cáceres.

Fue en 2013, en octubre. Un año después, en Foro Sur, el estudio del escultor volvió a ser escenario y casa pagana por un rato. La primera versión de Ferro Swing, protagonizado por Luis Carlos Gámez, supuso un pequeño trallazo televisivo que mostró nuevas posibilidades sonoras, ruidistas y rítmicas para las sugerentes piezas acordadas en hierro.

Para el Espacio [CO]NVENTO, la obra de César David se transformó por unos momentos en una metáfora del naufragio. Del movimiento hacia ningún lugar. De la huida. En Ferro Swing II estaban presentes la danza de Amelia David, las mimografías de Amparo Vinagre y, de nuevo, las percusiones de Luis Carlos Gámez.

El artista vegabajiano Ramón Castuera, junto con Jesús García en las luces, se encargó de crear el necesario ambiente de inquietud y desasosiego en un claustro que antes fue corrala donde el estraperlo y el escamoteo fueron una forma de vida. Una necesidad.

La semana anterior, en la noche de las noches badajocenses, Amelia David nos retrató a todos. En La Noche en Blanco el claustro de la Corrala Costa 16 se convirtió en un mar bravío, en una orilla indómita. Náufragos nos hizo partícipes de nuestra propia indiferencia. Aún resuena en la Puerta de Palmas el estruendo de las varillas de la gran pieza que César David elaboró para esos momentos inolvidables, tensos, inquietantes, demoledores.

La secuencia FerrospectivaNáufragosFerro Swing II será, sin duda, recordada. En alguna calle en negro, en algún oscuro antro para perdidos o junto a algún portón con timbre para iniciados y extraviados, volveremos a ser hijos de las noches de farra y de ferro (swing).






[El asalto, la noche y el culo inquieto]

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[Los paisajes de montaña, las conversas y los náufragos]






[El claustro, la nave y el jazz]






[El escultor, las máscaras y la corrala]

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Oeste. Septiembre. Catorce. 2015