Imágenes tomadas en Cáceres, en los jardines del Museo Pedrilla, el 31 de julio de 2015. Fotografías de Corredores de Ideas.



En Sintra emergen y se esconden tantos tesoros que a veces cuesta imaginar tanta belleza en un espacio tan reducido.

Sintra es el reino de la fusión, de la mezcla, de la perfecta simbiosis, de la dulce extravagancia, de la Quinta da Regaleira, del Palácio da Pena, de Setais, y del barullo estilístico. Y de barullos y algaradas y de Sintra saben mucho los integrantes de la Kumpania Algazarra, un fantástico proyecto musical donde habitan, en maridaje y contubernio, los ritmos jamaicanos, las fanfarrias balcánicas, los pasacalles y los cantos de Madeira, al tiempo que nos recuerdan lo mal que anda el mundo, y lo poquito que nos queda en él si no dejamos de hacer el imbécil. Fiesta y multiculturalidad para días convulsos.

En los Jardines de la Pedrilla, en Cáceres, el 31/07/15 brincó hasta la mismísima luna llena que observaba desde su otero cósmico a los jóvenes con rasta mientras saltaban al compás frenético del ska.

Cuentan que a veces la luna se acercaba al escenario para que le diera de lleno la luz de los focos, y cuentan que entonces la luna se pintaba de azul.

En las primeras filas, los grupos de jubilados sonreían y disfrutaban y levantaban los brazos y no querían que los algazarro se fueran. Cada minuto de vida es un tesoro. Un tesoro como los de Sintra. Y la Kumpania Algazarra es uno de ellos.






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