¿Recuerdas la Batalla de Badajoz?





No. No se trata de la Batalla de Badajoz de Agosto del 36. Esa está más reciente. Es abril. La madrugada del 6 al 7. Año de 1812. Badajoz, como siempre, convertida en un campo de batalla, en una plaza más que en una ciudad. Las tropas francesas la tienen tomada. Las tropas inglesas de Wellington la asedian desde mediados de marzo. Y esa noche del 7 comienza la Batalla de Badajoz. Han pasado casi 200 años y ya casi nadie la recuerda. Las murallas siguen, algunas, en pie. Otras se derrumban con las lluvias impertinentes. Y el olor a sangre y fuego sólo permanece en los libros de estrategia.

Lo que allí pasó está escrito en los recuerdos amargos de la ciudad. El pillaje al que fue sometida Badajoz la dejó destrozada, hundida. Tan sólo los sollozos de unas niñas atravesando el fuego en busca del campamento inglés nos reconcilia con nuestra condición. Eran Juanita Smith y su hermana. Una historia apasionante.


La Batalla de Gévora, la Batalla de Medellín, la Batalla de la Albuera, la Batalla de Arroyomolinos, o la Batalla de Badajoz, ya son sólo nombres de aquellas Guerras Napoleónicas que convirtieron el territorio lusitano, de nuevo, en un Campo de Marte. Y como a esto ya estamos acostumbrados, no nos llama la atención.


Oeste. Abril.