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Acababa un fin de semana intenso de conciertos en Badajoz, después de recorrer de norte a Oeste unos cuantos de kilómetros entre autovías repletas de camionarros eternos, de muchísimo aire a babor y a estribor, y carreteras cortadas por semáforos en la Sierra de San Pedro, autoestopistas desorientados y caminos y desvíos tercermundistas. Aunque resulte un insulto llamarlos así, porque darían oro por tener, ni siquiera, carreteras asfaltadas en el tercer mundo. Pero ya vendrán los de la libertad de las terrazas para solucionarles el mundo.

Un itinerario desde las dehesas de Monfragüe y los secaderos de La Bazagona hasta el Cine Pacense, casa del círculo y hoy, también, parada y fonda del Club Conciertos Badajoz, donde Morales, agradecimiento eterno, que no somos paisanos, pero compartimos amores por la música, y Fernando Alonso, y Julio Horta en los mandos técnicos, para terminar en La Soledad, a los pies de la siempre recordada Las Tres Campanas.

Y allí, como siempre, la amabilidad de Toni Barrado, que, además, sí, somos paisanos y compartimos pasiones por los gatos negros.

[I]


Para vestir portando un paracaídas. La sonrisa de un pez.

Se llama el Centro de Visitantes Norte del Parque Nacional de Monfragüe.

La excusa era Tos. Era Arkada. Javier, Antonio, Alfredo y Jose.

El tema, deslumbrante. El videoclip, excelente.



Los decorados son la vida misma en un secadero. La coreografía es de PaspieDanza. Vicky y Juan Luis. Saluky está tremenda. Por eso es bueno recordar su nombre completo. María Salud Crespillo Arroyo. El trabajo de Libre Producciones, exquisito.

Recorrer el interior del secadero, un viaje iniciático.

No muy lejos, Juanito Muskario a lo Sepultura. Una tarde cordial. Muy agradable. Habrá que seguirle la pista. Si es buen amigo de nuestra querida Vicky, esa es buena señal. El señor de las amanitas.

También hubo un rato para Monocabra. No lo podíamos dejar escapar.

Y a la salida, la sorpresa final. Encontrarte abierto, y encendido en todo su esplendor, el soberbio Centro de Interpretación, es un disfrute. Madera. Futurista. Cercano. Gigante. Espectacular.

El mar dentro de la mesilla. Sé mentir sin hablar. Y arder.

Abrazo gigante como gigante el paracaídas que porta Saluki a lo solemne vestido de novia. 

¿De qué me sirve una bocanada de luz si sólo me hace toser?



[II-a]


Era el 28 de enero de 2010.

La Tierra tembló en Haití, donde las Islas del Caribe, donde dicen paraíso.

Haití: el rostro de la pobreza, sin embargo.

Para apoyo a los afectados del terremoto se organizó un festival.

Era la primera vez que uno entraba en el Pacense después de cerrarse y dejar de ser cine, de cuando Holocausto Caníbal.

En el festival andaban Miguel de Tena, Gene, Gecko Turner, El Viaje de Rose y muchos más.

Trasteamos todo lo que pudimos. Arriba, anidaban palomas y asustadas nos huían tras nuestro mezuqueo. Escudriñar. Los cuartos del fondo, abandonados. En desuso.

[II-b]


Era el 11 de febrero de 2023.

Han pasado 13 años. Por medio, alguna visita durante la Noche en Blanco. Algunos ensayos de teatro. El cartel, tipo modernista, del Hogar de Portugal sigue, afortunadamente, en su sitio, coronando la escalera central.

Las palomas volaron. Y sí que hay vida. Recuerda el ajedrez. Reuniones. Un pequeño bar. Una asociación. Una sociedad. Y el Club Conciertos Badajoz. Ahora Fernando Alonso y Julio Horta se encargan del sonido. Buena noticia. Pero en las salas se vislumbra la dejadez, que rima con ajedrez. El desuso. Y la falta de presupuesto, suponemos. Aun así, el Pacense, gracias a sus socios que lo avivan, es un lujo que no podemos perder. Y por eso debemos apoyarlo. Y ese 11 de febrero, y gracias al Club Conciertos Badajoz, empezó el baile.



Hombre Tigre. Carlos, Fermín y Emilio. Ya hemos visto varios conciertos de Hombre Tigre, de día, de noche y al trasluz. A Fermín y a Carlos ya hace años que los seguimos en sus varios proyectos por los que han ido pasando. Emilio canta, es nuevo. Profesor de matemáticas. Y siempre le vemos con su cuaderno de notas a modo de setlist, por si se pierde en las letras o se pierde en Hawai. Y es algo teatrero, a veces, pelín histriónico. Pero Hombre Tigre nos gusta mucho, y sus nuevas canciones prometen.

Recuerda, Arde París.

No tuvo que resultar fácil sonorizar el concierto. Gracias a Julio y Fernando sujetaron un poco la acústica de un espacio, mágico, entrañable, pero de resonancias dispersas y desmadradas. Cierro los ojos. En cuanto podamos, habrá que volver al Pacense. A recordar el revoloteo de las palomas y el aleteo de los subgraves rocanroleros.

[III]
Y para concluir la jornada en la capital del antiguo Reino Aftasí, nos perdimos en el Chat Noir.

Cuando uno va allí, no puede evitar acercarse a la fachada de Las Tres Campanas, y recordar el ascensor de madera para subir a los indios que le compraba su padre, de cuando niño, y las magníficas tablas que decoraban los Almacenes La Giralda, las de Antonio Juez, de cuando la madre de uno cosía con su nueva máquina Singer. Antonio Juez duerme, por fin, resguardado y protegido en el MUBA. En Las Tres Campanas están montando un hotel. Y la Capilla Bizantina de la Soledad recibe casi todos los fines se semana parejas de recién casados.

En el Chat Noir, Rui Diaz y sus imposibles presentaban La Balada del leñador. Alberto Rebollo, Manuel Velardo, Mercedes Trigo, Medín Rodríguez y Rui Díaz. No podemos esperar más de los que van de concierto para charlotear a gritos cerveceros, como van a la verbena del municipio o a los tributos. De eso viven nuestras salas. Y le debemos las gracias eternas a los Diego, a los Toni, y a muchos más. Con eso, hay que contar, y abstraerse para poder entender el devenir del concierto, que, además, es conceptual, como los discos de Rui.



Si te abstraes escuchas un concierto inmaculado. Y te atraviesa el estómago el bajo profundo de Medín, y se enervan los poros de la piel con el cello de Mercedes Trigo, o los trinos de Velardo vistiendo la voz grave de Rui y el rictus de amargura contenida ante el lobo y el leñador.

Tenía en frente los discos de Da con Volver, y los del clan de los Subterráneos, y, sobre todo, el monumento montijano de Gragera y su Paraíso Natural de Europa, pero, no cabe duda que La Balada del leñador es un disco enorme, uno de los mejores del 22. Aunque él, Rui, que parece un buen tipo, muy buena gente, probablemente no los considere oponentes, si no compañeros de batalla. A lo Espartano. Así da gusto.



[NOTA NECROLÓGICA] 



















Era el 11 de febrero de 2023. Sábado.

Camino de Badajoz. Pasado Obando, cerca de La Roca, observamos a un hombre que iba andando por la carretera.

Parece que haciendo autostop. Llevábamos el coche lleno.

Con el frío que debe hacer, y este hombre va con un triste chaleco de entretiempo.

Al día siguiente, a primera hora, en la prensa. Muere un hombre atropellado en la carretera cerca de La Roca. Al parecer, no llevaba documentación y no le han podido identificar.

Probablemente, fuimos de las últimas personas que le vimos con vida. Que la tierra le sea leve.

Oeste. Febrero. 14. 2023.