Un reportaje de Corredores de Ideas
Llega el otoño.
Chocalhos no es sólo un festival. Es un maravilloso recorrido por las estrechas calles que te llevan al Palácio do Picadeiro entre sonidos de bombos, gaitas y cencerros para buscar a los Chocalheiros de Ficalho.
[El reportaje]
Un año más los Chocalheiros de Ficalho han recorrido las estrechas calles de Alpedrinha en los días del Festival Chocalhos. Ellos van en silencio, en formación casi militar, pero la algarabía que montan hace que los reconozcamos a cientos de metros de su llegada con su sonido monótono, telúrico, atávico, el sonido de la memoria, y se aproximan como fantasmas por las calles empedradas camino de Picadeiro.
Y es que ya sabemos que los Chocalheiros no bailan. No tocan. No cantan. Pero hay que verlos, al menos, una vez en la vida.
Pero este 2019 nos deparaba una triste sorpresa. Ti Bento Sargento, el alma mater de los chocalheiros nos ha dejado. Después de verle año tras año en Serpa, en la Feria do Queijo, y en Alpedrinha en los Chocalhos, Ti Bento murió dejando una hermosa herencia y la promesa de sus compañeros de continuar con esta hermosísima aventura musical.
Y en señal de devoción y respeto, la Cámara Municipal de Fundâo a través de la Junta de Freguesia de Alpedrinha, le tributó un entrañable y emotivo homenaje la tarde del sábado.
Afortunadamente ya vamos perdiendo la cuenta de las veces que nos hemos encontrado en Serpa o en Alpedrinha a los chocalheiros. Y por ellos volvemos una y otra vez al Festival Chocalhos.
Y siempre recomendamos el mismo hábito. Acompáñales en silencio. Siguiendo el ritmo de las zumbas que hacen sonar y viajarás a tiempos arcanos, a la Edad de Oro, a la curva da estrada de Pessoa.
Afortunadamente ya vamos perdiendo la cuenta de las veces que nos los hemos encontrado en Serpa o en Alpedrinha. Y por ellos volvemos una y otra vez al Festival Chocalhos.
Pero también se pudo ver en los escenarios a Diabo na cruz, o a Serrabucos (a quienes ya hemos visto en otras ediciones de Chocalhos), o los sorprendentes Galo Cant´ás Duas, o Cantus d´Alma, ese dúo femenino que explora las antiguas Cantigas de Santa María trayéndolas a nuestros días, o la sutileza de Ahkorda, y, cómo no, la alegría de los conimbricenses Cornalusa y sus gaitas y sus percusiones.
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Y como no podía faltar, volvimos un año más al Palácio do Picadeiro, en la parte alta de la hermosa villa serrana.
En los muros de Picadeiro se encuentran algunos muebles del Marceneiro Real. José Joaquim Dos Santos Pinto. El exquisito carpintero que iluminó algunos de los muebles que habitaban los salones del palacio real lisboeta antaño. Puedes contemplar imágenes y recuerdos de Os Lusiadas y referencias míticas. Es un breve periplo. Pero recorrerás viejos paisajes de la memoria lusitana.
[El carpintero real]
Como cada septiembre Chocalhos vuelve a Alpedrinha
[Especial Alpedrinha]
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Oeste. Septiembre. Dieciocho. 2019