Un guión de Corredores de Ideas para Cantarrana



Al principio, el escenario de la Trajano esperaba en silencio. Luego, poco a poco, se fue poblando de canciones una a una, y de dos en dos y de tres en tres, y entre todas tejieron y vistieron un delicioso tapiz de quimera y fantasía. Y entre todas fueron legión.

Muy, pero que Muy Dimayo. Muy increpó al silencio, amonestó al viento. Y con Una a una comenzó el concierto.



Con la dirección musical y los teclados de Eloy Talavera, el bajo de Víctor G. Sánchez, la batería del montijano Diego Trejo, la guitarra del gran Mikelo, las voces de la brasileña Glaucia Mendes, a quienes se unió Marcos Bayón en algunos momentos claves, y la voz y la templanza de DiMayo, la excusa no era otra que presentar el nuevo disco del propio DiMayo, Muy.

Fueron casi dos horas. Pero el tiempo nos acarició y se nos pasó volando. Detrás de la hermosísima Una a una, fueron completando el tapiz multicolor Ahora que no estás, una delicia, el tema clave del disco anterior, Muerdino de vida. Y de ese trabajo llegó Qué bonito.

Por cierto, en la portada de ese disco aparece el autor sentado en la terraza de un pequeño bar junto a Liam Burke, el director y actor irlandés, con el que, hace unos meses, montó, en Mérida, una sesión de música, poesía y teatro en torno a las figuras de dos grandísimos poetas universales del S. XX, García Lorca y el también irlandés William Butler Yeats.

Y por esas casualidades de la vida, resulta que en 1992, el italiano Angelo Branduardi publicó un fantástico disco al que tituló Branduardi Canta a Yeats, sobre diez poemas del místico irlandés.

Un maravilloso trabajo que contó con la autorización de los herederos del nobel dublinés, permiso que no dieron a Donovan, que intentaba hacer algo similar, y que sí permitieron al trovador milanés. Y es que algo tiene DiMayo que nos evoca a la sensibilidad exquisita de Branduardi, salvando las distancias y los universos musicales, claro.

Ambos van mucho más allá de una simple semblanza de cantautor. Uno recorre el espíritu de la gran música popular europea, y los sones de su folklore, el otro, el nuestro, abraza ecos brasileños y jamaicanos y el regusto por Lisboa. Marcos y los perroflauteros lo llamaron el Sonido Afromeño.

Y Marcos Bayón es el que produce y arregla y mima los cinco discos que, hasta la fecha ha publicado DiMayo, nuestro gran trovador.

Después del Qué bonito, llegaron Venha ver con la presencia de Glaucia Mendes, con quien DiMayo unió destinos musicales tras las músicas de Comando Macondo, la más electrizante Me agarro a la vida, la introspectiva La tarde en tu piel, y llegó el cuerpo central del concierto con Dappled on your Glowing Skin, Locura y Step Out of your skin, la columna vertebral en la que también sonó Donde sueña Portugal.

De Locura poco hay que decir...puedes ver el clip grabado en Prasat Bayon Studios, y en el que aparecen, demás del propio DiMayo, Marcos Bayón, Glaucia Mendes, César Bayón en la batería y el eborense Paulo Caeiro, atendiendo las necesidades culinarias de la sesión, y, sobre todo, el espíritu que emana de esa canción. En la Sala Trajano fue una fiesta, una fiesta a la que se trasladaron esos trazos. Maravillosa.



De Donde sueña Portugal, ya deberías saber que siempre que se habla de Portugal, en Cantarrana lo disfrutamos con candor y sin alevosía. Nos da igual lo que digan y lo que piensen. Cantarrana es difícil entenderlo sin Portugal. Y sin la Raia.



De Dappled on your Glowing Skin te podemos contar que es uno de los grandes temas del disco, y que lo fue del concierto.



Con Step Out of your skin apareció en escena el gran convidado de la noche, que no fue otro que Marcos Bayón. Recuerda que este tema aparecía recitado en el anterior disco, en Muerdino de vida, en boca del irlandés Liam Burke. En el directo de la Trajano lo recitaron Marcos y Dioni, y luego lo interpretaron completo en uno de los momentos más emotivos del concierto. Un momento clave para un ritual casi pagano.

Y poco a poco parecía que iba concluyendo esta vibrante ceremonia. Nos quedaban los bises. Y Quimera y Fantasía, y, sobre todo, Qué bien cerraron una noche memorable. Un rito en el que los casi 300 asistentes se vinieron arriba, y se sumaron a una fiesta sonora.

De un concierto que, sobre todo, fue un ejercicio de transparencia, de la misma luminosidad que irradiaba el protagonista de la noche.

Siempre agradeceremos que no nos den la paliza con los ukeleles y las trompetas tan cansinas de la música indie. Aquí, ya sabes, fue un poco de rock de medio tiempo, rastros de bossa, cadencias jamaicanas, poesía y mucha belleza.

Hablando de rock, no podemos dejar de agradecer a DiMayo el que haya rescatado a Mikelo, el que fue clave en DKS, y de los Quelonios, y de los Ulises y los libros, y de su pintura, e incluso, durante algunos días, de Le Redtubers del nuestro Leandro.

En las puertas del teatro nos encontramos con Antonio Gómez, el poeta visual por excelencia, a César Bayón, que ha dejado por un rato la batería, y firma algunos de los clips que acompañan a Muy, y, cómo no, a los grandísimos Marcos Bayón y al nuestro Carlinos, Carlos Masegosa, recuperándose de algunos achaques, con los cuales anduvimos hablando de música y de Dioni,  y a Martín, quien siempre está y cuya ausencia, en Cáceres, echamos en falta por su labor impagable, a Mario Soler, con María Salud y la niña, ya adolescente, Luna, con quienes esperamos volver a escuchar, muy pronto, sus nuevos trabajos que ya andan madurando, y con Susana Cedrún, , con quien volveremos a vernos y escucharnos en las próximas horas en las ondas de la radio (gracias, Susana, por el disco, miles), y a Pilar Mayoral, que ya sabemos que es fan de DiMayo, y brillante como siempre, y, cómo no, a LuisJuan Ángel” y a Javier Ramallo, los responsables de que este concierto sonara de lujo.

A ellos dos los vemos con cierta frecuencia en las lides canoras y con las mesas de sonido. Por cierto, Luis acaba de ser papá. Abrazo.

No pasará mucho tiempo en el que hayamos de volver a la Trajano...Ya nos lo recordó el nuestro Carlinos……con lo nuevo de Bucéfalo…pero eso es mejor que sea él quien lo cuente. Y Petri, en la taquilla. Siempre Petri.

P.D. No podemos olvidar que fue nuestro amigo Diego Espinosa quien, ya hace mucho tiempo, como veinte años, quien nos hizo llegar el disco de Al calor de tu antojo, y quien nos habló de DiMayo. Y desde entonces forma parte de nuestras vidas sonoras. No nos perdonaremos nunca haber tardado tantos años en asistir a un concierto suyo. Y a él consagramos esta pequeña reseña. Y a la paciencia de César, para que termine los vídeos que grabó esa noche, y con los que, a buen seguro, disfrutaremos. El nuestro, no deja de ser un pequeño reportaje amateur. Aquí lo tienes.  


[El reportaje del concierto]






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Oeste. 28 de febrero de 2020.